EL ZEN ES UN NAVÍO TRANSATLÁNTICO
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El pensador - Hiromu Kira |
El hombre, lo humano. ¡Nada menos obvio! Encontrarlo
requiere ensayos, errores, gran tozudez, una determinación inapelable. Exige un
revire de lo que pensamos y del modo
de vivir acostumbrado. Giro designa
rumbos del pensar expuestos en la sabiduría antigua, desde China y Japón a
Grecia y Roma. Pero ese saber se
anula (o importa poco) si el giro propuesto no remite a lo práctico, a algo que
uno hace y le ocurre a uno, algo que
ocurre en uno. El Zen se ofrece como herramienta para que “giro” deje de ser simplemente un tema.
Charla amena tal vez, muy propia de nuestro zeitgeist,
pero raciocinio estéril si se limita a lo abstracto (¡como ocurre tantas veces con el kehre heideggeriano!, por dar solo un
ejemplo). El instrumento Zen transforma el giro en método de conquista (concreta,
gradual, desde lo inmediato) de lo humano que tenemos a mano. Nos ayuda a apropiarnos de veras de lo propio.
El blog El Giro desea ensanchar un camino teórico-práctico nacido en etapas anteriores:
desde la práctica independiente del zazen
en Japón (1996-2009) a la serie de 4 volúmenes sobre Zen (Ed. Bajo la Luna, Buenos Aires,
2010-2014); desde allí al zenBA,
espacio de experimentación en cultura contemporánea (Buenos Aires, 2014-2017).
Proseguirlo desde Barcelona enfatiza hasta qué punto, jugando con palabras
del escritor Witold Gombrowicz, el Zen es un navío trasatlántico. Salvo que, prefiriendo a Giorgio Agamben, concibamos
al Zen como un dispositivo
extra-territorial.