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Mostrando las entradas de abril, 2018

DESEAR EL ZEN 106

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--> "La vida cotidiana es el camino", afirma Sekkei Harada. Esta sentencia hay que saber entenderla: lo que llamamos "camino" lo vivimos como conciencia cotidiana ,  o sea como algo que se tramita y se transita en la propia y cotidiana capacidad de volver consciente lo que uno vive. A su vez, mencionar "lo cotidiano" remite en cada caso a "lo inmediato". De modo que manifestar o producir "conciencia inmediata" (la cual incluye conciencia de lo inmediato), "eso" (para citar la definición de Eihei Dôgen), y no otra cosa, es "el camino". De allí que una sutra tan venerable como Avatansaka se atreva a afirmar: " lo único que existe es la mente cotidiana" . Este aforismo de fuente budista no podría ser más radical y valiente, siempre y cuando se midan sus implicancias. Porque la sentencia (aparentemente general y platónica) engloba toda la persona (cuerpo, mente, emoción, lenguaj

DESEAR EL ZEN 105

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Zen es atreverse a ser aquello que ya somos, estemos donde estemos y del modo en que nos toque serlo. Claro que quien juega con fuego se acaba quemando: el Zen cambia de a poco lo que creíamos ser (¡incluso lo que queríamos, o pretendíamos, o imaginábamos, o fantaseábamos, ser!). Al cambiar nuestra mirada, también se modifican los parajes (exteriores e interiores) que solíamos frecuentar.  Los más grandes recordarán una novela de los 60, Miedo a volar .  El Zen cura el vértigo del vuelo, acentuando el cuidado para aprender a volar de verdad.  Como saben unos cuantos, el Zen atrae a montañeros, cultores del trekking, karatekas, parapentistas, yudokas, maratonistas, esquiadores, submarinistas, surferos, yoguis. Los suelo observar con atención. Están en buena posición para entender (otra cosa es que lo adviertan) que no existe estabilidad fuera de un movimiento uniformemente equilibrado en el vacío. Alberto SIlva

DESEAR EL ZEN 104

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El mundo en que vivimos se jacta de haberse liberado de supersticiones y ataduras mentales. Sin embargo nos parecemos mucho a aquellos cautivos que Karl Popper denunciaba hace décadas: vivimos inundados de teorías metafísicas, aceptamos con pasividad la forma de pensar y hablar que nos imponen, obedecemos a todo tipo de reclamos ajenos a lo natural y a lo material. Para lo cual, agrega el pensador inglés, no hace falta estudiar filosofía : extrañas ideas no falsables (en el caso que comento: con guarnición sánscrita ) humean por doquier, impregnándolo todo con olores malsanos. El hecho es que guardias e inspectores vuelven en tropel a vigilar el transporte subterráneo de la ciudad. La persuasión racional de la campaña karma  por lo visto era débil y quedó desbaratada por miles de usuarios que se saltan la barrera y viajan sin pagar. Muchos no comieron la zanahoria (quizá demasiado civilizada) que ofrecía el consistorio. A este ahora solo le queda probar con la fuerza. ¿Qué sup

DESEAR EL ZEN 103

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A ojos del Zen, solo lo provisorio permite renacer . Así de sencilla es la joya de la corona del zazen, su arma secreta, su dólar de plata, su aleph: comenzar a vivir cada vez que uno respira.  El Zen vuelve cierto el adagio de Cesare Pavese: la única auténtica alegría en la vida es comenzar .  Alberto Silva