DESEAR EL ZEN 103


A ojos del Zen, solo lo provisorio permite renacer. Así de sencilla es la joya de la corona del zazen, su arma secreta, su dólar de plata, su aleph: comenzar a vivir cada vez que uno respira. 

El Zen vuelve cierto el adagio de Cesare Pavese: la única auténtica alegría en la vida es comenzar

Alberto Silva

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