DESEAR EL ZEN 5

Kate Steinitz 

Somos el-cuerpo-que-vivimos: de ese modo nos volvemos humanos. La-mente-de-ese-cuerpo-que-somos nos hace sensibles, sintientes. El Zen abomina de la idea platónica de un alma disectada del cuerpo (o la inversa). Para el Zen, cuerpo es lo que de mí vive. Y mente, la instancia que funciona como consignataria de una vida que discurre en el cuerpo, ese cuerpo mío que, para situarme, toscamente suelo llamar yo.

Alberto Silva

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