DESEAR EL ZEN 9

-->

Fan Ho

El Zen no es un don (innato), ni una gracia (divina), ni un regalo (que alguien desde afuera nos concede). Designa una tarea que emprendemos de modo voluntario, un trabajo que asumimos como individuos que deciden sacar del fuego sus propias castañas existenciales (no sin la ayuda que podamos requerir, aunque básicamente apoyados en la propia energía, que la práctica del Zen va mostrando ingente, creciente, capaz de derramarse fuera de baldes que a menudo no sabemos transportar). Ello implica que experiencias como las que propicia el Zen solo existen si (y mientras) se consiguen, se conquistan o se alcanzan (shutoku, enfatiza Eihei Dôgen). Como actividad, el Zen se sitúa en un contexto de lucha: el Zen bien entendido obra como herramienta para un combate que, si no lo impedimos, acaba teniendo lugar en la persona.

ENTRADAS RECIENTES

DETRÁS DE MUCHOS MUROS ESTOY YO