DESEAR EL ZEN 23
Zen es atreverse a ser aquello que ya somos, estemos donde estemos y del modo en que
nos toque serlo. Claro que quien juega con fuego se acaba quemando: el Zen
cambia de a poco lo que creíamos ser (¡incluso lo que queríamos, o pretendíamos,
o imaginábamos, o fantaseábamos, ser!). Al cambiar nuestra mirada, también se
modifican los parajes (exteriores e interiores) que solíamos frecuentar. Los
más grandes recordarán una novela de los 60, Miedo a volar. El Zen cura el vértigo del vuelo, acentuando el cuidado
para aprender a volar de verdad. Como saben unos cuantos, el Zen atrae a muchos
montañeros, cultores del trekking, parapentistas, esquiadores, submarinistas,
surferos. Mucha gente como ellos entiende que no existe estabilidad posible fuera
de un movimiento uniformemente equilibrado en el vacío.
Alberto Silva