DESEAR EL ZEN 26



De buena sociedad es aceptar regalos, a menudo ofrecidos con la mejor intención. Sin embargo, con alforjas repletas de presentes innecesarios o no solicitados (costumbres, criterios, modales, creencias primarias, bienes materiales), por inadvertencia recorremos caminos empedrados de buenos sentimientos que a veces conducen a parajes tremebundos, que según quien se da en llamaR: oku no hosomichi, finisterre, inferno. 



El poeta Matsuo Bashô recorrió zonas ignoradas y temidas del Japón rústico del siglo XVII. Sus Diarios de viaje anotan con todo detalle los presentes que iba abandonando cada vez que reiniciaba la partida. Presente significa regalo y a la vez el-tiempo-de-ahora. Partida denota al mismo tiempo juego y despedida. 



O sea que las palabras siempre tienen cara y dorso, como bien entiende el Zen.   



Alberto SIlva

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DETRÁS DE MUCHOS MUROS ESTOY YO

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Esta agudeza no la escribió un sabio chino de la época Song. Ni un escritor de adagios de la talla de Wallace Stevens. Ni Ramón Gómez de la Serna en su día más grave y entonado. Ni el mismo Jean-Paul Sartre habría conseguido entrelazar su conocida vehemencia con la capacidad de síntesis de estos versos de palote. Los escribió una niña o un niño de entre ocho y once años, durante el ocio creador de una escuela alternativa de Asunción, en Paraguay. No conozco su nombre todavía. No preguntaré su intención o su fuente. Con el tiempo aprenderé detalles sobre ella o él, sobre sus padres, profesores o amigos. Sobre sus sueños y enigmas, entre los que tal vez figura este, enorme, que menciona el texto. Lo que me llega de tan breve poema es una advertencia, a la vez un lamento, pero al final un canto de vida y de esperanza: muro tras muro tras muro tras muro tras muro estoy yo Alberto Silva
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