DESEAR EL ZEN 33


El Zen no funciona como un agente ordenador (público o clandestino) llegado de fuera. Justamente ocurre lo contrario: llamo Zen a la interna posición de firmes que toma la persona cuando decide humanizarse desde ella misma

El Zen es una personificación de lo vivo. Consiste en (auto-)estimular la parte viva del individuo. Proviene de soltar por completo el hálito (a veces somos cómplices, otras veces ocurre a pesar nuestro). Tan sencillo suspiro de alivio provoca el eco de un gong en el plexo solar: se sienten tañidos casi imperceptibles, sonidos que tocan y estremecen, como una emoción envuelta en paños. 

Late el corazón, susurra el tango. ¡Cuánta razón tiene a veces lo dicho para explicitar lo que falta decir! 

Alberto Silva

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