DESEAR EL ZEN 45



El Zen proporciona un ejemplo adecuado para entender en qué debería consistir un proceso curativo alejado de magias y supercherías. 

Dado que escucha la vida, el Zen la respeta (si me empujan, afirmaría que la adora; y si fuera tildado de vitalista, tal vez la pondría como profesión en mi tarjeta de visita). 

El Zen no se antepone a la vida, no da consignas a las personas, no expende recetas a eventuales pacientes. Se limita a abrir a la persona a una curación que ha ser conducida desde lo propio

Aquí las cosas se complican para los más perezosos o los menos decididos (dos formas contrapuesta de un mismo síndrome de temor a la vida). Porque Zen consiste en indagar a fondo en qué consiste eso propio

Zen es aprender qué significa hacerse cargo de uno mismo. De otro modo, ¿para qué estimular tanta lucidez si no valiera la pena (o si resultara imposible) cambiar la vida?

Cambiar la vida siempre consiste en abrir un cerco. 

ENTRADAS RECIENTES

DETRÁS DE MUCHOS MUROS ESTOY YO