DESEAR EL ZEN 75


Zazen es muy buen drenaje para la angustia y el deseo. 

Lo que muchos llaman meditación designa lo que no deja de ser resultado de una cuidadosa transacción (esto merecería tratamiento aparte).

La meditación, entonces, no es más que un dispositivo para conseguir que el silente goteo del dolor (señal inequívoca de vida) se torne sonoro goteo de iluminaciones, propio de la vida realizada (en realidad: vida en proceso de realización). 

Desde la poesía, Néstor Perlongher supo captarlo en toda su virulencia. Y a muchos ese goteo les resulta desagradable, maloliente, desafiante en su aspereza. Por eso es que, en el momento de la verdad, a menudo al Zen lo dejan solo. 

El Zen con aspiraciones de transformar la vida personal debe estar preparado para caminar al estilo de los poetas del haiku: entre pequeños huertos de montaña, sin compañía humana a la vista, conversando con los espantapájaros.

Alberto Silva

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