DESEAR EL ZEN 86



Una incompleta y falsa evidencia según mucha gente: el homo faber (circula una falsa interpretación de Aristóteles que lo supone afirmando que solo podríamos ser definidos en términos de acción). 

¿Un humano es un homo faber? Si y no. Porque la luna siempre tiene su reverso. Y un giro su sentido inverso. La plenitud del activista consiste en descubrir una dimensión paralela que el Zen ayuda a desarrollar: el homo ludens, cantado en un célebre libro de Huizinga. 

Un ser-que-juega no por eso hace menos. En realidad no hace nada. O, si se quiere, hace nada, hace la nada, hace de nada (hace la nonada, prefiere Raimundo Panikkar). O también: se limita a dejar que algo (o que todo) se haga, se manifieste (fainomai). 

No hay practicante serio del Zen que no sea (al mismo tiempo y, tal vez, por dicho motivo) una persona deseosa de jugar de modo inteligente, ingenioso (kufu). En el naipe de la vida, ya sabrá plantarse con siete y medio. 

Les acabo de tirar un koan. ¡A ver qué hacen! 

Alberto Silva

ENTRADAS RECIENTES

DETRÁS DE MUCHOS MUROS ESTOY YO