DESEAR EL ZEN 88
Nada en esta vida es evidente.
El Zen se la pasa poniendo en guardia contra todo lo que se presenta (o alguien presenta) como obvio (las palabras nunca son fantasmas volantes; alguien las dice; al decirlas, alguien tiene una intención, incluso si no se percata de ella).
Lo recuerda un verso de René Char: Au coeur de l’évidence, il y a le vide, en medio de la evidencia, anida nada.
Por método, el Zen nunca cree del todo lo que escucha. Se otorga el espacio y el tiempo suficientes para una meticulosa sospecha.
El Zen se la pasa poniendo en guardia contra todo lo que se presenta (o alguien presenta) como obvio (las palabras nunca son fantasmas volantes; alguien las dice; al decirlas, alguien tiene una intención, incluso si no se percata de ella).
Lo recuerda un verso de René Char: Au coeur de l’évidence, il y a le vide, en medio de la evidencia, anida nada.
Por método, el Zen nunca cree del todo lo que escucha. Se otorga el espacio y el tiempo suficientes para una meticulosa sospecha.