DESEAR EL ZEN 91


Vivir fuera de las evidencias requiere un largo aprendizaje. Al menos si uno desea sortear dos escollos. 

Uno es cansarse del esfuerzo de des-creer, para acabar reclinándose en los cantos de sirena de la doctrina más cómoda (o más cercana, o más sencilla, o más barata). 

Otro escollo es la paranoia de buscar intención inmediata en cada palabra bien o mal enunciada, olvidando que el grueso del lenguaje no se inicia con un motivo inmediato sino que únicamente es suscitado, despertado, en cada uno, por la fuerza del cauce torrencial de lo ya pronunciado (es cierto que por alguien). Las palabras ya estaban allí y fueron dichas (incluso bien dichas). 

Los que sueñan con descubrir el Mediterráneo de la originalidad terminológica encontrarán en lo que digo una incitación para abandonar (de forma urgente y definitiva) cualquier masturbación intelectual.

¿Por qué no ser animales, como los gorriones de este haiku de Issa?

Alberto Silva

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