DESEAR EL ZEN 95


Las reflexiones de esta serie continuamente entrecruzan afirmaciones en apariencia opuestas: 
- por un lado, la persona se presenta como fiero campo de batalla en una contienda de amigos contra enemigos, casi a la Carl Schmitt; 
- de otro lado, se ofrece el Zen como una herramienta friendly, constructiva, para quien practica la meditación sentada. 
¿En qué quedamos? 

Se ofrece la siguiente explicación para lidiar con algo que, en lenguaje del Zen, sería el ejemplo perfecto del dualismo en acción. Nuestro lenguaje constituye un fenómeno consecutivo, lo cual quiere decir que obra en el tiempo (una imagen captura la atención de nuestra mente: la mano que empuña una pluma que va de izquierda a derecha, de arriba a abajo). Por lo que tenemos la impresión que, una vez dichas ciertas cosas, no cabría agregar otras si parecen contrarias. 

El Zen contraría este conocimiento vulgar (Gaston Bachelard) o de sentido común (Pierre Bourdieu). Desde el punto de vista del Zen, afirmar algo que algo es irreductiblemente contrario a otra cosa (y quedarse allí tan panchos) equivale a delatar un razonamiento apoyado en cierta ignorancia (avidya) o, dicho de otro modo, atascado en la apariencia, en lo que parece. 

Para evitar (en lo posible) el escollo de lo consecutivo (o sea: para vencer al tiempo –vencerlo por un tiempo, que es el-tiempo-que-hay y que consiste en servirse de palabras nuevas), lenguajes propicios para el Zen son el ideogramático y el simbólico, propios respectivamente de la escritura japonesa y del arte plástico. En un kanji, igual que en una intervención de pintura suminagashi, todo queda dicho de una vez, ya que se manifiesta con trazos que ofrecen una forma que el ojo percibe como unidad de estructura. 

En los casos citados, la percepción capta (durante el ratito en que está vigente a nuestra conciencia) que lo que mira es único y que está unido. La experiencia de meditar restituye el sentimiento de que dicha unidad es constitutiva de nuestra vida. El Zen entrena en un modo de mirar las cosas que las percibe correlativas, correspondientes, continuas, contiguas.

Alberto Silva


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