HUELGA FEMINISTA EN BARCELONA

Este jueves 8 de marzo celebramos en Barcelona una "huelga feminista". Celebrar es un término adecuado atendiendo a que, en este caso, quienes salen a la calle son tanto hombres como mujeres y lo que quieren enaltecer es la paridad, a pesar de que la estructura social vigente todavía la entorpece (mucho). De hecho, cada vez más hombres se sienten feministas y quieren asumir con naturalidad esa condición. 
En lo que a mí respecta, busco la máxima conexión entre la herencia biológica masculina y un carácter que se va construyendo con aportaciones importantes de ambos géneros. En cuanto a la influencia femenina, la recibo de mi mujer, de mis hijas, de l@s amig@s de tod@s ell@s, así como de la mayoría de amig@s del Zen, de las letras y de la cultura, sean est@s mujeres u hombres. Si, como dice Dôgen, in.nen ("condiciones circunstanciales": el entorno) nos modela tanto como ejin ("lo físico": la base corporal heredada), concluyo que la corriente de la vida me va llevando en un sentido feminista.
Esta tarde de comienzos de marzo mucha gente sale a manifestar contra la desigualdad salarial, la discriminación de oportunidades, el acoso en la vía pública o en la oficina, así como una abusiva sobrecarga en el trabajo familiar. Muchos irán a la calle con esperanza. Porque si un día se consigue la igualdad, nos habremos librado de la sinrazón acumulada durante siglos intentando justificar lo injustificable, en un ambiente machista hoy solapado (pero todavía muy eficiente). No habrá que avergonzarse cada vez que, por rutina o ignorancia, muchos hombres (y ¡ay!, más mujeres de lo que cabría desear) reinciden en actitudes retrógradas en materia de igualdad de género.

Alberto Silva

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