DESEAR EL ZEN 101



Cambiar la vida en uno enseña a obrar en beneficio de los demás. Es la grata paradoja del Zen: el que ama, gana. Porque existe en cada persona la coordenada de querer ganar. 

Así podemos vislumbrar una paradoja que, como un koan, podemos enunciar de este modo prudente: a más abandonar, más recuperar. Esa dinámica se vive con intensidad en la práctica del zazen, que está hecho de continuo abandono y de previsible recompensa. 

Alberto SIlva (foto de Clau Degliuomini)

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