DESEAR EL ZEN 107


Para el Zen resulta propicia la figura del nido. Ayuda a dar un indicio del vacío que la práctica del zazen delata y acrecienta en nosotros. Porque, en el juego de la existencia, es eso lo que ocurre con el Zen: el Zen practicado consiste en dar forma continua al vacío
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La del nido es una imagen recóndita y a la vez impactante ya que, hablando con precisión, el Zen anida en nosotros antes y después de recorrer el camino del que siempre hablamos. Pero el Zen hace nido en nosotros igualmente en el transcurso del viaje: nel mezzo del cammin di nostra vita, arranca diciendo el poeta. 



Cabe insistir una y otra vez que la experiencia del Zen se compendia en el muy machadiano hacer camino al andar. En efecto, el objetivo indisimulado del Zen no es otro que cambiar de forma progresiva lo que somos. Vale decir: el Zen persigue modificar lo que somos a medida que progresamos en el oficio de vivir.



Alberto Silva

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