VOLVERSE AIRE EN EL AIRE. SOBRE LA ESCRITURA PÁJARO


Quiero hablar de Nicolás Schuff: un amigo; y un escritor que siento cerca. Del contacto con gente como él aprendo dos cosas:
- Lo que alguien escribe actualiza y expande su sentido en y por la lectura de otro. El riesgo que asume el escritor es perder control sobre su texto, al punto de licuarse en ese otro y tomar la dimensión y la forma de este (con fortuna, amplias; con frecuencia, estrechas). A cambio, el riesgo de un lector consiste en no saber/querer/poder abandonarse al vuelo del texto que tiene entre manos.
- Cuando conoce al autor, la lectura adquiere una urgencia especial ligada a la expectativa que suscita el estilo peculiar de esa pluma. Leemos lo que amamos anticipando el gozo, como quien se arremanga para un banquete. De mientras, uno se pregunta: ¿dónde se esconde lo sabroso de algo preparado por quien estimo un cocinero excelente?

Más de una vez César Aira ha propuesto diluir la frontera entre textos para adultos y textos para niños. Sugiere dedicarnos a la lectura (y a la escritura) "de calidad", como expresó hace años en un curso sobre el caricaturista y dramaturgo Copi, cuya transcripción releo estos días. Nicolás sin duda cultiva una escritura de calidad. La que ahora comento es el último avatar de un modo de escribir propio de aves de vuelo prolongado. Me había sorprendido en 2014 con El pájaro bigote. Insistió en 2015 adaptando El pájaro que sabía la verdad. Ahora, con El pájaro fantasma expande su abanico de recursos volátiles, proyecto on line en desarrollo.

Re-ordeno su obra de esta forma porque sospecho que Nicolás Schuff practica una escritura-pájaro: la de quien aprendió a volar con libertad y a la vez consigue deslizarse sin casi dejar huellas detrás suyo. Todo escritor-pájaro que se precie podría hacer suya esta afirmación de Dôgen (ojalá Nicolás no la desmienta): Los pájaros atraviesan el cielo; cuanto más lejos llegan, más descubren que el cielo carece de límites. En todo caso, Schuff va creando vacío a medida que precisa su forma: se hace aire en el aire, retomando al patriarca de Kioto. Descubre la figura que adopta y acto seguido la deja olvidada: como un niño traza dibujos en la arena de la playa y luego se dedica a mirar cómo, al morir, las olitas desdibujan sus rayas. El juego del escritor consiste en recomenzar, incansable, aquello que pretende expresar.

¿Qué es El pájaro fantasma, ese a quien todos escuchan y nadie ve? Probablemente el vuelo fértil de la imaginación del autor, que se insinúa delante de todos sin querer ser divisado directamente. Se trata de un proyecto de podcasts o programas de radio que sintonizan voces, músicas y efectos sonoros capaces de meternos de lleno en el ambiente de cada tema a desarrollar. Lo mejor es que escuchen el primer episodio, Lluvia, en el link siguiente: elpajarofantasma.wordpress.com Verán el hermoso vuelo del que estoy hablando.

Alberto SIlva

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