El Zen es medicina , no cabe duda, aunque solo para gente con aguda y filosa conciencia de su necesidad y urgencia. Dicen que el maestro llega cuando el discípulo está preparado : contra lo que se suele sostener, este proverbio no alude a personas, sino a disposiciones personales. La curación arriba cuando el tratamiento encuentra en uno mismo su adecuado sujeto . No deja de ser irónico. Lo mismo decía Karl Marx sobre la posibilidad de una revolución: sobreviene cuando la sociedad está madura para ella. Otro tanto ocurre con los procesos de toma de conciencia de una identidad colectiva: me toca presenciarlo (y vivirlo) como parte de lo que hoy día ocurre en un sitio como Catalunya. A la vez, la fruta madura está en su justa sazón. Pero si se espera demasiado, lo maduro se seca, se agosta, se acaba pudriendo. Eso ocurre con los movimientos sociales. Y eso pasa igualmente con las puertas que se te abren en la vida: o lo entiendes al vuelo o se te escapa...